Podría haber bautizado este blog como The Billarist, pero preferí llamarlo The Billartist. Una simple letra de más significa mucho. No somos sólo billaristas, somos Billartistas. Artistas del billar, en mayúsculas.
Entiendo el billar como un arte, como un deporte noble que requiere habilidad, técnica y sentimiento. No te puede fallar ninguno de esos tres ingredientes para crear obras maestras en una mesa de billar.
Para algunos es simplemente entrar bolas con un taco. Para mí es imaginar recorridos y plasmar dibujos inéditos sobre un lienzo verde. El taco es nuestro pincel; las bolas, las pinturas con las que coloreamos las partidas.
Como dice el billartista Esteve Mata, hay que agudizar el sentido de la creatividad para encadenar carambolas, prever las siguientes jugadas y plasmar sobre el tapete la idea que unos segundos antes estaba en nuestra cabeza. Ese paso de la imaginación a la realidad es sencillamente increíble.
El taco es nuestro pincel, dibujamos golpes maestros. Verde o azul suele ser el lienzo y blanca nuestra compañera. Con tiza, precisión y nobleza creamos pinturas inéditas. Somos artistas del billar
Si amas el billar como yo, sentirás que es una forma de vida, una filosofía. Lo que pasa en la mesa sirve para entender la vida y viceversa: lo que te ocurre en el día a día te sirve para ser mejor billartista.
Y no sólo es arte el billar que hace Florian Kholer y compañía. Lo son todas las modalidades. Cualquier billartista, de carambola, de pool, de snooker o de blackball, hace en el fondo lo mismo: imaginar, decidir y ejecutar. Cambian los juegos, pero no la esencia: crear.
Me siento muy afortunado por sentir esta pasión billarística y por ver que somos muchos los que lo compartimos. Es un placer teneros aquí y ver cómo cada día crece la comunidad de artistas del billar. Que dure.
Cuando te digan que el billar no es un deporte y que tú no eres un deportista, ya sabes qué responder: “Tienes razón, es un arte. Y yo, un billartista”.