Eduard Poquet, billarista a los 74 años

Tiene 74 años y tan solo lleva dos jugando, pero el billar, en este caso el Pool inglés, ya forma parte de su vida. Una parte muy importante de su existencia. Entre otras cosas, porque le ha permitido divertirse, hacer amigos y sentirse más joven. En la fase final de la Superlliga Catalana de Blackball pude conocer a Eduard Poquet (1940, Sant Cugat), el novel más veterano de esa competición. He aquí su historia.

Eduard Poquet entrevista

Eduard Poquet, en la Superlliga Catalana de Blackball. Foto: David Muñoz.

Este señor lleva media vida jugando. Es lo primero que pensé cuando lo vi en plena partida, antes de poder charlar con él. Lo normal es que desde bien joven se haya aficionado al billar y que mantenga esa pasión toda su vida, más ahora con el tiempo libre que le brinda su jubilación tras haber ejercido de técnico electricista. Pero no es el caso. En el fondo estoy viendo a un novel, a un jugador que sólo lleva dos años jugando. Es decir, a alguien que cogió el taco a los 72 y comenzó a competir a los 73.

“De más joven, en los 50 y 60, jugué algunas partidas esporádicas de carambolas, pero nada regular”, apunta Poquet. Tomó en serio el billar en 2012, animado por su nieto, Aleix Bagan, que ya llevaba una temporada compitiendo. Ambos se aficionaron a una modalidad de billar, el Blackball, bastante practicada en la zona del Vallès Occidental (Sabadell, Terrassa, Sant Quirze, Rubí…) y otros puntos de Catalunya, pero poco conocida en el resto de España.

Soy más feliz que antes. El billar me da vida porque puedo hablar con mucha gente y conocer a grandes personas — Eduard Poquet.

Hoy compite con el equipo de El Ciervo de Sabadell, el centro social y cultural en el que suele entrenar. Ganó la primera ronda pero perdió la segunda contra Cal Robert, así que su andadura en el torneo ya ha terminado. El objetivo, pasarlo bien, lo ha vuelto a alcanzar, así que la derrota no es un problema.

El billar me ha quitado 10 años de encima. Soy más feliz que antes. El billar me da vida porque puedo hablar con mucha gente y conocer a grandes personas”, confiesa Poquet. Se siente afortunado de haber descubierto este deporte y de poder formar parte de la familia del Blackball catalán, mucho más unida y respetuosa que la de otras modalidades de billar.

Es el más disciplinado y nunca se cansa de jugar — Aram Bernaus.

Aram Bernaus, jugador y profesor de billar en la escuela Blackball Farm, ha tenido a Eduard Poquet como alumno. Bernaus confiesa que ha sido el más disciplinado y el más dispuesto a aprender, pese a su edad. “No se cansa nunca de jugar y de mejorar”, asegura.

Sólo hay una afición tanto o más importante que el Blackball para Poquet: la pesca. Por eso muchas tardes pone rumbo a Sant Carles de la Ràpita para intentar pescar lubinas y doradas. Sólo si no hay competición de billar. Y cada vez resulta más difícil que así sea porque lo juega prácticamente todo: la superlliga por equipos, la liga del Vallès, el Abacat, el torneo del local Mil21 o incluso la liga catalana de Snooker. Entre entrenos y competiciones coge el taco seis días a la semana, casi como un profesional.

Ya me gustaría llegar a sus 74 años con su vitalidad y con su pasión por el billar. Si algo nos demuestra Eduard Poquet es que cualquiera, en cualquier momento de su vida, puede practicar y disfrutar este deporte; es cuestión de actitud e ilusión: “Cuando ya no me divierta, dejaré de jugar. De momento me divierto y mucho. Así que seguiré jugando”.

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