Cuando el pool movía millones (2)

Segundo capítulo de la serie “Cuando el pool movía millones”. Ya hablé del King of The Hill que coronó a Efren Reyes en 2005 así que hoy es el turno de recordar qué pasó en el North American 8 Ball Open Championship celebrado en Las Vegas en julio de 2006.

En el segundo gran evento del International Pool Tour participaron 200 jugadores (150 con IPT Card y 50 clasificados), todos con el objetivo de hacerse con el hasta entonces mayor botín de la historia del pool: 350.000 dólares para el winner. El torneo organizado por el magnate Kevin Trudeau repartía más de dos millones de dólares en premios (de ahí que Ronnie O’Sullivan no se lo quisiera perder). Por el simple hecho de participar te embolsabas 2.000, y eso fue lo que ganó en esa ocasión el representante español David Alcaide.

La competición se alargó una semana con seis rondas de Round Robin y jornadas maratonianas: entre 10 y 12 horas de juego. En otras palabras, los jugadores que iban ganando llegaron a disputar 28 partidos. Los filipinos dieron un recital y siete de ellos (Marlon Manalo, Dennis Orcollo, Efren Reyes, Ronato Alcano, Francisco Bustamante, Rodolfo Luat y Alex Pagulayan) se colaron en el top 18.

Junto a los reyes del pool, pasaron a la penúltima fase los alemanes Thorsten Hohmann y Ralf Souquet, el ruso Evgeny Stalev, el sueco Marcus Chamat, el holandés Rico Diks, el australiano Quinten Hann, los ingleses Darren Appleton y Daryl Peach y los americanos David Matlock, Larry Nevel y Gabriel Owen. Curiosamente, sólo 3 de los 104 estadounidenses que estaban en el cuadro alcanzaron el top 18. Llegar a esa ronda era vital por dos motivos: te asegurabas 30.000 dólares y una plaza en el tour IPT 2007.

No era un torneo cualquiera. El North American Open premiaba a los jugadores con más resistencia física y dureza mental. A los que eran capaces de aguantar horas y horas al máximo nivel jugando en mesas Diamond con troneras difíciles y un tapete Gorina bastante lento. De esos 18 quedaron sólo seis: Stalev, Souquet, Orcollo, Reyes, Hohmann y Manalo. Y estos dos últimos llegaron a la finalísima del 30 de julio.

Datos extraídos de internationalpooltour.com
Arriba tienes los resultados de la Ronda 6. Datos extraídos de internationalpooltour.com

Peligro: Spoiler

Si prefieres ver la final antes de saber quien se llevó los 350.000, no sigas leyendo. Aquí arriba tienes el partido épico. Házte unas palomitas y dale al play.

Si ya la has visto o simplemente quieres un resumen de las dos horas de partido, sigue leyendo.

La final empezó como si fuese un combate de boxeo. Mientras el speaker presentaba, Hohmann y Manalo se miraban fijamente a los ojos estando uno a un palmo del otro. Era un espectáculo típicamente americano con el añadido de ser el IPT. No faltaban tampoco las azafatas, esenciales para actualizar el marcador.

Ambos jugadores tenían su propio coach con el que podían conversar durante el partido. Charlie Williams asesoró al alemán y José Parica al filipino.

Manalo llegaba a ese último encuentro con un parcial de 23-5, ligeramente mejor que el de Hohmann, 21-7. Pero las estadísticas poco importan en cualquier final. Lo que sí importa es quién de los dos estaba mejor físicamente después del desgaste que suponía haber jugado 28 partidos esa semana.

8 ganadas, saque ganador. Por tanto, sacar bien y limpiar la mesa era el objetivo. Tras ganar el punteo, Manalo lo hizo dos veces: 2-0. En la tercera partida no entró bola y Thorsten aprovechó. El alemán se apuntó las tres siguientes partidas con tres tacadas impecables: 2-3. A la siguiente no entró bola de saque pero Manalo falló un tren asequible: 2-4. Hohmann lo tenía todo a favor para poner más ventaja de por medio pero falló un 11 fácil y regaló el 3-4.

Manalo limpió la mesa pero volvió a hacer dry break, así que el alemán se puso de nuevo por delante: 4-5. Otro fallo inesperado del Hohmann supuso el 5-5. Una tacada para cada uno y 6-6.

En el momento más inoportuno, Hohmann entra la blanca de saque y Manalo aprovecha para ponerse 7-6 por delante. Tiene el saque para matar el partido pero increíblemente vuelve a quedarse sin entrar bola con el primer tiro. Hohmann termina: 7-7.

El desenlace no podía ser más épico. Todo se decide a la buena. 8 bolas más para hacerse con los 350.000. Thorsten Hohmann respira hondo y se dispone a sacar en la que sin duda será la partida más importante de su vida. Sus ojos se iluminan cuando ve que el 9 cae en la tronera central y que las bolas dibujan la partida más fácil de su vida. Ya lo tiene. El alemán no falla.

Cuando cae ese 9, Manalo, sentado al lado de Parica, ya sabe que se tendrá que conformar con los 99.000 euros del segundo premio. 29 partidos después, Hohmann no está dispuesto a fallar en la tacada más fácil del torneo. Las 10 horas de entreno diarias de Hohmann en las semanas previas a esa competición surtieron efecto. El premio no se hace esperar, junto a la copa recibe un maletín con los 350.000.

En Billiards Digest contaron que Hohmann tras ganar gastó 30.000 dólares jugando a los dados en el Casino. No debió preocuparle, todavía le quedaban otros 300.000.

No te pierdas la próxima semana la tercera entrega de “Cuando el pool movía millones” con la crónica del World 8 Ball Open 2006. Si no viste el primer post de esta serie, lo tienes aquí.

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Disfruto como un niño pequeño preparando estos artículos pero me llevan mucho trabajo. Si te ha parecido interesante, compártelo con tus amigos billaristas y dame un Me Gusta en Facebook 🙂

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