La suerte no gana campeonatos

bolas de billar

El billar no es un juego de suerte, es un juego de dinámicas. A veces positivas (cuando tienes la sensación de que, tires como tires, no puedes fallar) y a veces negativas (cuando todo sale mal y parece que la blanca y las troneras se hayan aliado contra ti). No hay forma de controlar esas dinámicas, así que lo mejor que puedes hacer es aceptarlas tal como vengan. Disfruta cuando estés en la cresta de la ola y preocúpate lo mínimo cuando bebas agua. Si trabajas bien pronto vendrá otra ola a la que subirte.

Fíjate que hablo de dinámicas, no de suerte. No me gusta entender el billar como un juego que depende mucho del factor fortuna. Como el tenis, el tiro al plato o la petanca, los jugadores de billar tenemos rachas buenas y otras no tanto. Haciendo lo mismo, a veces entramos bola de saque y otras no o en ocasiones un toque nos favorece y otras no. No es suerte, es simplemente una fuerza sobrenatural, una especie de imán invisible. Si haces las cosas bien atraes lo positivo; si te portas mal, atraes lo negativo.

Tiene que ver con la energía que desprende cada jugador. Si como billarista estás pensando constantemente que tendrás mala suerte, que te taparás, que no entrarás bola de saque o que el rival tiene una flor en el culo, tendrás lo que piensas: dinámica negativa. En cambio, si te mantienes positivo, si aceptas los fallos o las pifias inesperadas y si procuras seguir trabajando con tu rutina independientemente de la dinámica que estés sufriendo, entonces es muy probable que las cosas vayan bien: dinámica positiva. Tal vez no justo ahora, pero sí más adelante.

¿Por qué te cuento este rollo de la energía? ¡Porque existe y deberías tenerlo en cuenta! Hoy he hablado con Héctor Luna de su victoria en la Copa de España celebrada en Salamanca y me ha contado algo muy curioso que ocurre bastante a menudo (me pasó también a mí hace poco). Tras perder en primera ronda su cabeza se llenó de pensamientos negativos y ganas de tirar la toalla. Todavía tenía otra oportunidad, pero a veces somos así de duros con nosotros mismos. Lo más fácil hubiera sido eso: comerse la cabeza hasta echar el trabajo a la basura. En definitiva, alimentar la dinámica negativa hasta que ésta acabara consumiendo todas sus fuerzas.

Sin embargo, consiguió justo lo contrario, que era lo más difícil. El asturiano asimiló esa primera derrota, aceptó los pensamientos negativos y los reorientó para encontrar soluciones e intentar cambiar la dinámica. ¿Que pasó luego? Que ganó el siguiente partido 7-1 y todos los que vinieron después, incluida la final a David Alcaide. ¿Suerte? No. Las dinámicas de juego y saber gestionarlas en cada momento fueron la clave. En definitiva, cabeza.

La suerte no gana campeonatos, los ganas tú. Olvida el concepto fortuna y empieza a trabajar con las dinámicas porque son realmente poderosas.

Por cierto, el lunes no te pierdas la entrevista con Héctor Luna. Nos explicará qué hizo para recuperarse y acabar alzando la copa de campeón 🙂

Compartir:
Facebook
WhatsApp
Revisa el carrito
0
Añadir Cupón Descuento
Subtotal
Total Installment Payments
Pack Descuento