Tú sabes tirar esa bola. Te has cansado de meterla en el entreno. Pero te queda la misma situación en un torneo y fallas. ¿Cómo es posible? La respuesta se llama presión.
En el entreno no la hay. En el torneo, sí. Y a veces mucha.
Por eso es tan fácil jugar bien cuando practicas y tan difícil hacer lo mismo cuando compites. En billar o en cualquier otro deporte.
Las dos preguntas clave que deberías hacerte son ¿porqué se activa esto que llamamos presión durante el torneo? y ¿qué puedo hacer para que no me afecte?
Si sigues leyendo descubrirás los cinco factores clave que disparan nuestros nervios y provocan que fallemos a veces bolas que en otras circunstancias meteríamos con los ojos cerrados. Al final te daré algunos trucos para que seas tú quien domine la presión y no ella a ti.
Sentirse observado
Primera gran diferencia entre entrenar y competir: la gente que te mira mientras juegas. En el entreno no suele haber nadie, como mucho el jugador con el que entrenas. En cambio, en competición, siempre te observa al menos el rival y en muchas ocasiones la gente del público, amigos, desconocidos, etc. Sentirse observado, ser consciente de que hay muchos ojos pendientes de lo que pasa en tu mesa hace que sientas más presión de lo normal. Si quien mira tu partido es alguien importante para ti (como un jugador de renombre o algún familiar), todavía más presión.
El status
Competimos para alcanzar una posición, un resultado, un status. No pasa nada si fallo en el entreno. Pero no puedo fallar en el campeonato porque quiero quedar por delante de tal jugador o porque necesito alcanzar tal ronda para clasificarme.
“Si pierdo contra determinado rival pensarán que soy peor que él”
“Tengo que demostrarle que sé jugar muy bien”
Pensamientos de este tipo relacionados con el status que nos gustaría tener son los que nos presionan más de la cuenta.
Las expectativas
La esperanza, el deseo, la posibilidad de conseguir algo también disparan los nervios. Imagínate que sólo te faltan 6 bolas para ganar el partido y que eso supondría llevarte el torneo. Son 6 bolas fáciles, pero el campeón se embolsa 1.500 euros. No estás acostumbrado a un premio así y las 6 bolitas que sólo hay que empujar se convierten en todo un abismo. Las troneras se empequeñecen por momentos. Tú tiemblas cada vez más. Y el corazón te va a mil. Sólo por la esperanza, el deseo y la posibilidad de ganar esos 1.500 euros.
La resistencia
¿Cuántas horas sueles entrenar en un día de entreno cualquiera? 2, 3, tal vez 4. Mucho menos que lo que duran las maratonianas jornadas de campeonato: 8, 10, 12 horas y durante varios días. La resistencia es otro factor clave que nos puede debilitar en competición. Si no entrenas tandas largas, lo más normal es que no rindas bien cuando te toque jugar todo el día.
Artículo recomendado: Cómo ser un billarista más resistente (y no tirar la toalla antes de hora)
El rival
Y llegamos al quinto y último factor, uno de los más importantes: el rival. Contra quién juegas determina muchas veces cómo vas a jugar. Más relajado, más tenso, más tranquilo o más nervioso depende demasiadas veces de quién está delante. Porque no lo conoces (y no sabes si es bueno o malo), porque ya sabes que es malo (y te ves ganador antes de empezar a jugar), porque sabes que es un pro (y te ves incapaz de ganar) o porque siempre te ha ganado (y cuesta horrores borrar ese pensamiento negativo de tu cabeza).
Muy bien, ya hemos identificado los 5 factores que nos impiden competir igual que entrenamos. Ahora es momento de buscar las soluciones:
- Acostúmbrate a jugar con gente mirando. Dile a tus familiares o amigos que vengan a verte en el torneo. Al principio te pondrás muy nervioso. Pero llegará el día en que desde el punteo ya te olvidarás de que están ahí, observándote. Te concentrarás sólo en el partido y no habrá nervios que te jueguen malas pasadas.
- Sé realista con el status. Evita ponerte objetivos que sabes que no vas a poder cumplir. Y no te frustres si has perdido contra un rival a priori más débil que tú. No juegas para demostrar nada a nadie.
- Deja las expectativas en casa o en el hotel. Céntrate en hacer bien tu trabajo (tu juego) y los resultados vendrán sin buscarlos. Deseo de ganar, sí. Pero siempre el justo.
- Entrena tandas largas y competirás bien en torneos largos. Si trabajas bien la resistencia superarás a la gran mayoría de billaristas sólo porque ellos se habrán cansado de jugar antes que tú.
- Toda la energía que dediques a pensar en el rival es energía que no podrás dedicar a jugar como sabes. Céntrate en ti y no en quien tienes delante.
Bonus: ¡entrena con presión! Juega algún set por dinero, oblígate a entrar x bolas seguidas sin fallar y no te marches hasta que lo consigas o intenta terminar los drills de Darren Appleton.
Para cerrar esta especie de guía de la presión billarística 🙂 te pongo dos ejemplos de la importancia del rival y del status:
- Hace unos años me tocó jugar contra un billarista de renombre, pero yo no sabía que era un billarista de renombre. No di la más mínima importancia a quien era, simplemente me dediqué a hacer mi juego lo mejor posible. Sobre el papel, él era el favorito. Pero lo gané. Al final me preguntaron: “¿Sabes a quien acabas de derrotar? Ha sido x veces campeón de tal y cuál…”. Dije que no lo conocía. Y es muy probable que no hubiera jugado igual si hubiese sabido quién era antes de empezar el partido. Es muy probable que hubiera perdido. Simplemente por ser consciente del nivel del contrincante.
- Otro día me tocó jugar en una mesa televisada, pero yo no sabía que era una mesa televisada. No di la más mínima importancia a la cámara, pues ni me di cuenta de que existía. ¿Consecuencia? Jugué un partido casi perfecto, concentrado y acertado. ¿Hubiera jugado igual de bien sabiendo que había una cámara grabando y algunas personas viéndome en pantalla? Seguramente no. Me habría influido por aquello del status. Por aquello de “no falles ahora que te están mirando”. Por aquello de “he de demostrar”.
La única forma de acostumbrarse a vivir situaciones de este tipo y dominar la presión, es entrenar y competir mucho bajo presión. Espero que con este billarconsejo te sea más fácil aguantar el tipo cuando estés contra las cuerdas. Recuerda que los pros también pasan nervios.
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