No hay nada que joda más a un billarista que meter la bola del siglo y acto seguido fallar la recta.
“¡Cómo es posible! Hago lo más difícil y la cago en lo más fácil, vaya pardillo”, pensamos cuando eso ocurre. Y por desgracia nos pasa a menudo.
Con el billarconsejo de hoy analizamos este fallo y vemos qué podemos hacer para corregirlo.
El motivo de errar la bola fácil después de haber metido un bolón es bien simple: damos demasiada importancia a unos tiros y demasiada poca a otros. En otras palabras, no afrontamos cada tiro de la misma manera, y ahí está el gran error.
Cuando tenemos por delante un tiro con un nivel de dificultad elevado, lo normal es que prestemos más atención al mismo y que demos unas cuántas vueltas a la mesa antes de ejecutarlo. Sabemos que las probabilidades de acertar son bajas y por eso tratamos de asegurarnos al máximo. Hasta ahí bien.
En cambio, cuando la bola es aparentemente fácil y no tiene ningún misterio, a menudo no nos lo pensamos lo suficiente. “Va dentro tire como tire”. Te confías y muchas veces la fallas por eso.
El truco aquí es no percibir el primer tiro difícil como demasiado crucial y no afrontar el segundo con total indiferencia. Habrá tiros más difíciles que otros, pero la clave es pensar que todos valen lo mismo. Entrar la negra te hará ganar en bola 8, pero antes debes de haber entrado las demás. ¿Qué tiro es más importante? Todos.
Bob Fancher lo explica perfectamente en el libro Pleasures of Small Motions:
If we think in all-or-none terms, we are likely to get overly excited or lackadaisical —one way or another, we fail to appreciate the correct significance of the shot. This is one reason why players fall apart after missing one shot: they have overestimated its significance, and they get more emotional than they can handle when they miss. It is also a reason why we may make a brilliant shot, then miss the easy one that follows: we have overestimated the first shot, and having made it, we basically decide the game is over, the next shot is in the bag, and we think of the next shot as insignificant. Since we attach no significance to it, we fell nothing about it, and our concentration and motor control go off duty.
Si pensamos en términos de todo o nada, somos propensos a pasarnos de excitación o de indiferencia. De una manera u otra no apreciamos correctamente el significado de cada tiro. Por esta razón muchos billaristas se desmoronan después de fallar una bola: han sobreestimado su significado y con ello han incrementado sus emociones hasta no poder gestionarlas tras fallar. También es una razón por la cual hacemos un tiro brillante y erramos el siguiente más fácil: hemos sobreestimado el primer tiro, y después de haberlo conseguido, básicamente decidimos que la partida está acabada, que tenemos el próximo tiro en el bolsillo y creemos que es insignificante. Desde el momento en que no le damos ninguna importancia, no sentimos nada sobre ese tiro y nuestra concentración se va.
Como ves, es una cuestión de percepción de cada tiro y del significado que les damos.
Si eres capaz de dar la misma importancia a cada golpeo, no fallarás tantas bolas después de meter bolones y tampoco la cagarás en los tiros decisivos. ¿Por qué? Porqué directamente no pensarás que es un tiro decisivo, que si la metes has ganado o que no puedes fallar porque vais 6-6. Simplemente la afrontarás como una bola más, tan importante como las anteriores y como las que vendrán.
No es fácil poner en práctica este truco pero desde que lo tengo en cuenta fallo mucho menos. Ponlo en marcha tú también y notarás resultados.
En resumen:
- No des a un tiro más (o menos) importancia de la que se merece
- Todos los tiros valen lo mismo
- No te confíes tras un bolón
- No eres Dios por hacer un súper shot.
- No ganan los que meten bolones, sino los que no fallan lo fácil.
Si te ha gustado el consejo, echa un vistazo al libro Pleasures of small motions para aprender más trucos y mejorar tu billar mental. Por algo lo tengo el primero en mi lista de libros billarísticos favoritos 🙂