Por qué amo el billar

Amo el billar. Me apasiona, me divierte y me emociona. A veces me provoca frustración, pero muchas otras una enorme satisfacción. Es mi droga y probablemente también la tuya. ¿Por qué no puedo (no podemos) vivir sin el billar? Cada billarista tendrá sus motivos y en muchos de ellos coincidiremos. Ahí van los míos.

Billar bola 9

Las amistades

El billar es una genial forma de conocer a gente nueva, de relacionarte con personas muy diferentes y de forjar grandes amistades. Gracias al billar he conocido a los que hoy son mis mejores amigos.

El respeto

Antes y después de cada partido nos damos la mano; si hemos tenido suerte pedimos perdón; si tira el contrario, nos sentamos y guardamos silencio; si mientras permanecemos sentados vemos que estamos en la trayectoria de tiro del rival, nos cambiamos de lugar para no molestar. Me fascinan estos detalles de respeto y caballerosidad, aunque no todos los billaristas los respeten.

La física

Siempre me he sentido atraído por los números, los cálculos y las ciencias exactas. Por eso también me encanta el billar, que es pura física: distancias, velocidades, trayectorias, parábolas e impactos. Si controlas todo eso tienes mucho de ganado.

La mente

Pero no todo son matemáticas, ni mucho menos. La cabeza es más importante. Me alucina el poder que tiene nuestra mente y nuestros pensamientos para condicionar el juego. El billar es una increíble herramienta para trabajar en uno mismo, para encarar los miedos y afrontar los fracasos.

El deporte individual

Aunque también me gusta lo colectivo, soy más fan de deportes típicamente individuales como el tenis, el golf o el billar. Si bien igualmente puedes rodearte de un equipo y un entrenador, habitualmente estás sólo ante el peligro. Te afectan más las derrotas, pero disfrutas más las victorias.

La precisión

Me gustan los deportes individuales y los deportes que requieren mucha precisión. Un buen billarista ha de ser muy preciso entrando las bolas y emplazando la blanca (o la amarilla, si juega a Carambola) para los siguientes tiros. Me asombra la precisión que requiere, por ejemplo, el Snooker.

El sonido

O los sonidos del billar, mejor dicho. Cuando pones tiza. Cuando golpeas la blanca. Cuando ésta impacta sobre la bola objetivo. Cuando ésta retumba en la tronera. Cuando llega la temida pifia. O cuando rompes el triángulo y cada bola emprende su particular camino. Son sonidos mágicos.

La superación

Caes, te levantas y vuelves a caer. Tu motivación es la superación personal. Compites contra ti mismo, para hacerlo mejor que la última vez, para lograr tu mejor resultado. Para superarte.

El aprendizaje

En cada entreno y en cada competición aprendes algo nuevo. Incluso si eres el mejor billarista del mundo. Siempre hay un hueco reservado para nuevas habilidades, nuevas estrategias y nuevos aprendizajes. Siempre hay un hueco reservado para las sorpresas que nos brinda el billar.

— Ahora te toca a ti. Si has llegado hasta aquí es que también amas este deporte. Cuéntanos porqué en los comentarios.

Imagen de Knight725 (CC BY-NC 2.0)

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