A veces parece que siempre ganan los mismos, pero basta ver la lista de campeones del Mundo para comprobar que realmente no es así. 16 billaristas han ganado una vez el Mundial de Bola 9 y solo cuatro han repetido (Earl Strickland, Johnny Archer, Chao Fong-pang y Thorsten Hohmann), siendo “The Pearl” el que más títulos acumula: tres.
En la lista de campeones no están (todavía) Shane Van Boening, Dennis Orcollo, Nick Van den Berg y otros muchos billaristas de primer nivel. Su carrera es meteórica, pero en sus vitrinas falta el título más importante con el que todos soñamos. Esto demuestra lo complicado que resulta ganar un campeonato de estas características cuando el nivel es tan alto e igualado.
Desde hace 25 años nadie ha ganado dos mundiales de forma consecutiva. Strickland lo consiguió en 1990 y 1991.
Por esto tiene tanto mérito lo que ha conseguido este año el jovencísimo Ko Pin Yi, que a los 26 años se ha proclamado campeón del World 9 Ball Championship, del World 10 Ball Championship y de la World Cup of Pool. Todo en una misma temporada. Teniendo en cuenta que en 2007 y 2008 fue campeón del mundo júnior, el de Taiwán acumula ya cuatro mundiales, lo cuál es impresionante.
Nadie había logrado algo parecido hasta la fecha. Darren Appleton y Mika Immonen son los únicos que han ganado tanto en Bola 9 como en Bola 10, pero en temporadas distintas, nunca el mismo año. Si Ko Pin Yi es capaz de mantener el nivel que ha demostrado se convertirá sin duda en uno de los mejores jugadores de la historia. De hecho, ya lo es.
En categoría femenina ocurre prácticamente lo mismo: cinco jugadoras han repetido como campeonas del mundo (Allison Fisher, 4 veces; Liu Shasha, 3 veces; Robin Bell, 2 veces; Liu Hsin-Mei, 2 veces; y Kim Ga-young, también 2 veces) y otras 11 lo han conseguido en una ocasión. A diferencia del torneo masculino, ellas sí han sabido ganar varios mundiales de manera consecutiva: Allison Fisher ganó tres seguidos y Liu Shasha, que está intratable, ha ganado las últimas dos ediciones.
Moraleja: el billar es un deporte tremendamente complejo y muy dinámico. Los grandes siempre están arriba, pero el primer cajón sale muy caro.