Nos encanta el billar. De eso no hay duda. Pero cada billarista tiene motivaciones diferentes. ¿Te has parado a pensar cuáles son las tuyas? ¿Juegas para divertirte, para desconectar, porque te gusta competir, porque quieres ganar, para relajarte? Saber porqué entras bolas con un taco te ayudará a marcarte objetivos más concretos y alcanzables. Y de eso va el billarconsejo de hoy.
Cuando conozco a un billartista me gusta preguntarle por qué juega y la respuesta muchas veces es “mmm… no sé… supongo que porque me gusta”. Vale, sí, te gusta, como a todos. ¿Pero qué más? Nunca antes se lo había planteado. Entrena, va jugando campeonatos, se lo pasa más o menos bien, pero sin saber muy bien con qué rumbo. Y así es muy difícil marcarse objetivos.
No te conviertas en otro billarista sin rumbo. Identifica varias motivaciones que te hagan montar el taco y a partir de ahí escoge la principal, tu verdadera motivación.
Por ejemplo, estas podrían ser las motivaciones de un jugador profesional:
- Juego para ganar
- Juego para llegar a ser el mejor
- Juego porque es mi trabajo y me gano la vida con el billar
Estas las de un billarista que compite a menudo sin ser profesional:
- Juego porque me fascinan los movimientos de las bolas y la creatividad del billar
- Juego porque me gusta competir en los mejores torneos y superarme
- Juego porque quiero estar preparado mentalmente para afrontar cualquier situación
Y estas las de un aficionado que juega con los colegas y de vez en cuando se apunta a algún torneo:
- Juego para divertirme
- Juego para desconectar del trabajo
- Juego para disfrutar con mis amigos
Como ves, cada billarista tiene motivaciones distintas en función de su nivel de juego, su dedicación y sus expectativas. Para algunos lo importante es conseguir resultados, para otros disfrutar cada bola y para otros superarse cada día. Solo se trata de ser consciente de qué es lo más importante para ti.
¿Tengo que tener una única motivación? No, mejor si tienes varias. Así podrás adaptarte mejor a cada situación. No es lo mismo jugar una partida para pasar el rato, entrenar drills que jugar las semis de un campeonato importante. Utiliza la motivación más adecuada para cada contexto. En la partida procuraré evadirme, en los drills superarme y en las semis ganar para alcanzar la final.
Como dice Bob Fancer en Pleasures of Small Motions, si juegas para ganar, hacer ejercicios se convertirá en un infiero para ti, pues no hay rival que batir y nunca serás capaz de ganar. En cambio, si juegas para sentir el placer de los pequeños movimientos, los drills son tu entreno perfecto. En función de tu motivación tienes que encontrar también el tipo de entreno que mejor se adapte a ti.
La motivación es algo imprescindible. El motor que nos mantiene vivos y con ganas de seguir entrando bolas. Por eso cuando la pierdes, abandonas el billar. Me pasó a mi, le pasó a Amalia Matas, también a Raúl Hebles y a un montón de billaristas más. Pero las motivaciones tarde o temprano vuelven, y por eso seguimos jugando.
Espero que con este billarconsejo seas más consciente de porqué juegas y de cuáles son tus metas. Sólo así podrás alcanzarlas 🙂