El ritual del billarista

Cada billarista tiene su propio ritual. O al menos debería tenerlo.

Es su estilo, su ADN, su seña de identidad.

Por ritual me refiero al conjunto de acciones y gestos que hacemos más o menos de forma automática cada vez jugamos.

También podríamos llamarle rutinas, hábitos o costumbres: a la hora de pensar la partida, a la hora de apuntar o a la hora de tirar.

En el post de hoy te doy algunos trucos para perfeccionar tu ritual o para empezar a pensar en él si todavía no lo habías hecho.

Porqué un ritual es vital

Por tres motivos:

  1. Nos sirve de guía. Como seres humanos no convivimos demasiado bien con la incertidumbre, así que repetir siempre el mismo ritual nos da seguridad y confianza.
  2. Nos permite ser más creativos. El ritual trabaja por ti y tú mientras tanto puedes dedicarte a lo que realmente importa, que es leer bien la partida y planificar las jugadas.
  3. Nos mantiene concentrados. La rutina puede ser una gran herramienta para mantenernos en el foco y evitar distracciones.

¿Qué situaciones debe incluir mi ritual?

Vale David, ya sé que todos deberíamos tener un ritual porque es vital. ¿Pero qué situaciones deberían estar “ritualizadas”?

¡Todas! O cuántas más, mejor.

Es decir, cuánto más porcentaje del juego seas capaz de automatizar (de incluir en tus costumbres), más libre te sentirás al jugar y más fácil será todo.

Aquí tienes una lista de situaciones y ejemplos de hábitos asociados (no son necesariamente los míos, sólo modelos):

  • Qué hago cuando estoy calentando: escucho música y siempre tiro las mismas bolas fáciles.
  • Qué hago cuando vamos a puntear: siempre punteo desde la izquiera y con la bola x.
  • Qué hago cuando estoy sentado mientras tira el rival: miro un punto fijo y dejo la tiza a mi izquierda.
  • Qué hago cuando entro a la mesa: pongo tiza y observo todas las bolas.
  • Qué hago cuando ya he decidido el tiro: imagino el recorrido que seguirá esa primera bola.
  • Qué hago cuando bajo al tiro: me estoy poco tiempo.
  • Qué hago cuando estoy apuntando: limo x veces, hago un pequeño parón y tiro.
  • Qué hago cuando ya he tirado: subo, pongo tiza y observo de nuevo la situación.
  • Qué hago después de fallar: me levanto, no me quejo, observo la bola fallada, cojo la tiza y voy a sentarme.
  • Qué haces en la silla después de fallar: dedico 10 segundos a pensar porqué he fallado y aparto el error a un lado para seguir.
  • Qué hago si voy perdiendo 5-0 yendo a 6: pido un tiempo.

Y un laaaaaaaaargo etcétera. Como ves, en prácticamente cada momento de un partido o de un entreno puede haber un ritual que te ayude a afrontar esa situación.

Tener o no tener ritual marca la diferencia entre el éxito y el fracaso:

Si no lo tienes, es como si cada vez que te ocurre una de esas situaciones, tuvieras que pensar de cero cómo actuar, qué hacer, qué pensar.

Si lo tienes, ya sabes cómo gestionar ese momento porque ya lo viviste mil veces. Confías en tu rutina para resolverlo.

Socorro, no tengo ritual

Incorrecto. Todos lo tenemos, lo que ocurre es que nunca te has parado a pensar cuál es. Nunca te has parado a pensar cuántas veces limas, cómo pones tiza, qué haces justo después de fallar o cómo encaras un saque.

Pero la buena noticia es que aún estás a tiempo.

Analízate desde ya para saber qué cosas haces de forma automática, sin pensar. Y entonces empezarás a construir tu rutina.

¿Debo pensar en el ritual mientras juego?

Al principio te será inevitable no pensar en él porque todavía no lo tendrás interiorizado. De hecho, fallarás mucho por concentrarte demasiado en el ritual. Pero es parte del camino.

Lo ideal es no pensar en el ritual mientras juegas, pero para eso necesitas muchas horas de vuelo.

Si sigues las rutinas marcadas, en cuestión de meses (y mucho entreno) verás como ya se convierte en algo automático que te sale solo. Como respirar o caminar. No piensas en ello, simplemente respiras o caminas.

Bonus

Como bien explica Patrick Baumann en este artículo, dentro de ti hay dos versiones de billarista. Se basa en el libro The Inner Game of Golf para decirnos que por un lado tenemos la versión lógica (el billarista técnico que piensa) y la versión ilógica (el billarista que juega). En otras palabras, el billarista consciente (el tocapelotas lleno de expectativas que cree que vas a fallar y que acostumbra a lanzarte mensajes negativos) y el billarista inconsciente (que simplemente juega).

Pues bien, el ritual está al servicio de la segunda versión: la rutina nos ayuda a jugar con el subconsciente, a poner el modo automático. Y por tanto, a combatir los pensamientos racionales y jodidos del billarista consciente.

Otro día hablaremos más de esta doble personalidad billarística, pero por hoy creo que ya tenemos suficiente. Tienes deberes: descubrir y pulir tu ritual! 🙂

Compartir:
Facebook
WhatsApp
Revisa el carrito
0
Añadir Cupón Descuento
Subtotal
Total Installment Payments
Pack Descuento