Aquí se juega otro campeonato, el que no se ve por televisión. Una treintena de periodistas siguen el World Snooker Championship desde la sala de prensa del Crucible, a pocos metros de donde están las mesas. De ellos —nosotros— depende que el mundo sepa lo grande que puede llegar a ser este deporte, esta competición y este lugar.
Dos novatos que acaban de llegar from Spain se han unido hoy a este particular campeonato, el de los artículos, las entrevistas, los vídeos y las estadísticas. Nos costará tiempo asimilar todo lo que está pasando aquí, así que de momento lo mejor que podemos hacer es observar, contemplar y seguir los consejos de un compañero español que llegó el primer día de campeonato y seguirá aquí hasta la final, Jose Miguel Jiménez, de Snooker.com.es.
Si en las mesas sólo juegan hombres, en la sala de prensa sólo hay dos mujeres. Una es esa señora de pelo blanco que está en primera fila viendo el partido de su fan número uno, Ronnie O’Sullivan. Monique Limbos, fotógrafa de Snooker, es toda una entidad en el circuito, una persona muy querida. De vez en cuando sale a la arena para fotografiar a los jugadores, luego vuelve y cuelga las instantáneas en su Facebook. La otra mujer es Monika Sulkowska, una árbitro polaca también muy conocida.
Sorprende que los periodistas sigan el campeonato por la televisión, o las televisiones, sabiendo que lo que en ellas se refleja es lo que ocurre a escasos metros. ¿No podrían escribir desde el mismo escenario del Crucible? La respuesta es no por varias razones. Primero, en la zona de prensa del arena sólo caben ocho personas acreditadas como media, cuatro en cada mesa. Y segundo, verlo desde allí supone no poder escribir en ordenador, ni hacer fotos ni moverte. Silencio absoluto durante las dos o tres horas que duran las sesiones.
Rob Walker, más flaco en persona que en pantalla, es tan showman en la sala de prensa como cuando hace las presentaciones en los partidos o en los vídeos diarios de World Snooker. En la foto que abre este artículo lo puedes ver sentado con su chaleco negro, pero en realidad no para quieto. Desde que estamos aquí se habrá levantado unas ocho veces para picar algo en la zona de bebidas y tentenpiés, y para echar alguna partida en la mini mesa de billar situada cerca de las máquinas de café. Unas líneas más arriba lo ves en acción, siguiendo la partida que disputa Adnan Januzaj, jugador del Manchester United
Se respira compañerismo y buen ambiente en esta sala. Cada uno trabaja para su medio, pero todos atienden a las dudas de todos. En ese sentido muchos preguntan a Matt Huart, de ProSnookerBlog.com, acerca de algún dato o estadística concreta. No me extraña: es su undécima vez en el campeonato y al lado de su ordenador tiene la biblia de este torneo, un libro que contiene todos los resultados de los 38 años de World Championship en el Crucible.
Después de cada partido, los dos jugadores acuden a la rueda de prensa para responder a las preguntas de los periodistas. Primero llega el perdedor, luego el ganador. Por eso hoy se hace extraño que Ronnie O’Sullivan comparezca antes que su contrincante. El gran favorito, la estrella mediática, acaba de perder en cuartos de final contra Bingham (13-9) y en la sala de prensa se nota. Aquí se vive el mismo shock vivido hace unos minutos en la arena. Muchos de los periodistas aquí presentes también son fans del Rocket. Los que no también se sienten afectados porque saben que sin él probablemente venderán menos periódicos y atraerán a menos espectadores y oyentes en lo que queda de campeonato.
Bingham llega a la rueda de prensa más feliz que una perdiz y con los ojos rojos. Contento, pero exhausto. No ha podido aguantar las lágrimas en el camerino. No todos los días uno puede ganar a Ronnie y menos en unos cuartos de final del Crucible. Si juega como ha jugado los últimos encuentros, puede cargarse también a Judd Trump, su rival en semifinales, y así posponer su sueño. El otro encuentro lo disputarán Shaun Murphy, que ganó a Anthony McGill, y Barry Hawkins, que se llevó el decider contra Neil Robertson.
Son las 22h y para nosotros acaba el primer día de Crucible. Ha sido emocionante, intenso y también extraño. Toca descansar, aprender y asimilar muchas cosas.