Hay dos factores que marcan la diferencia entre un buen jugador y un billarista campeón.
No, no es la puntería. Ambos la tienen.
No, no es la calidad del tiro. Ambos la tienen.
No, tampoco es saber aguantar la presión. Ambos se crecen cuando están contra las cuerdas.
Es el dominio del saque y es el juego defensivo.
El buen jugador saca y defiende bien. El billarista campeón saca y defiende perfecto.
Por eso es tan difícil quitarle la iniciativa, siempre domina.
Y ahí está la gran diferencia.
El saque
Piensa en un partido de tenis.
El saque es vital para dominar el punto desde el principio. Y más si se juega en la hierba de Wimbledon.
Un saque poderoso es medio punto. Con un buen saque te aseguras el tie-break. Con un mal saque te expones a que te lo rompan y se lleven el set.
Es una cuestión de liderar o ir a remolque. De llevar la ventaja o de jugar dos metros por detrás de la línea.
En billar el saque es fundamental porque nos permite dos cosas: uno, seguir tirando (y seguir dejando sentado al rival); y dos, hacerlo con varias opciones de tiro disponibles.
¿Por qué un buen billarista no saca perfecto? Sencillamente porque no lo entrena lo suficiente. Porque no le dedica dos o tres horas seguidas.
Se trata de dominar el saque hasta el punto de controlar la colocación de la blanca e incluso qué bolas puedes entronerar. Por tanto, de no dejar el primer tiro a merced de la suerte.
La defensa
Mira cualquier partido del Eurotour y te darás cuenta de lo crucial que resulta el juego defensivo cuando el nivel es tan alto.
Los profesionales también fallan. Pero la diferencia es que cuando lo hacen suelen dejarte muy pocas opciones. O ninguna.
Si sabes defender bien puedes lograr dos cosas muy importantes: uno, recuperar la iniciativa de la partida cuando la habías perdido; y dos, mantenerla cuando estás a punto de perderla.
No es sólo saber ejecutar buenas defensas, es decidir cuándo es el momento ideal para hacerlas en vez de ir al ataque. Eso es, en realidad, lo más difícil.
En parte, porque el juego defensivo requiere creatividad: debes pensar cuál es la mejor manera (y más fácil) de dejarle un mal tiro a tu rival.
Del mismo modo que Roger Federer tiene un don para decidir la mejor jugada (y la que nadie había pensado) en cuestión de milisegundos, los billaristas pros tienen tan desarrollado este sentido de la creatividad que en ocasiones hacen defensas que la mayoría de jugadores jamás habrían ideado .
¿Por qué un buen billarista no defiende perfecto? De nuevo, por falta de entreno. Dedicamos el 80% del tiempo a hacer drills y jugadas de ataque y apenas un 20%, o menos, a entrenar golpes defensivos.
Defender bien es esconder la blanca. Defender perfecto es pegarla a una bola de tu color. De esta forma reduces al mínimo las posibilidades de que el rival la salve.
Moraleja
Si quieres ser un billarista campeón, necesitas dominar el saque y las defensas a la perfección.
El juego mental también es un factor decisivo, pero como ya hablamos a menudo de psicología billarística, hoy prefería enfocar enfocar el billarconsejo a dos características más técnicas. Espero que te haya resultado interesante y que a partir de ahora dediques más tiempo al saque y a las defensas. Otro día hablaremos de cómo entrenar las dos facetas 🙂